Sunday, 3 December 2006

Cagándose en tó

Muchas veces en lo frustrante de nuestras profesiones, nos ponemos a proferir exabruptos, jurar en hebreo o, llanamente, a soltar palabrotas para liberar la tensión y el estrés que es tan común en estos días.
Quiero proponer una manera más sofisticada, menos grosera y más liberadora de descargar el alma de los problemas que le asedian.


Se trata de recurrir a la poesía.


No soy una cursi, dejad que me explique.


Por ejemplo.

Después de pasar un día en el que todo falla (el coche no arranca, el cajero se traga nuestra tarjeta, WORD deja de funcionar y perdemos una hora de trabajo, se cae el servidor...), intentad recitar lo siguiente:



Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja.
Hay que decirlo en plan Drama-Queen, que si no no funciona...a ver, otra vez

¡Mi vida es un erial,
flor que toco se deshoja;
que en mi camino fatal
alguien va sembrando el mal
para que yo lo recoja!.
¿A que sí?
Y es que Becquer es más liberador que cualquier insulto.
Otro mantra liberador que me gusta es el monólogo de Segismundo de "La vida es sueño" de Calderón de la Barca. Mirad qué liberador
¡Ay mísero de mí, y ay, infelice!
Apurar, cielos, pretendo,
ya que me tratáis así
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
aunque si nací, ya entiendo
qué delito he cometido.
Bastante causa ha tenido
vuestra justicia y rigor;
pues el delito mayor
del hombre es haber nacido.
Sólo quisiera saber
para apurar mis desvelos
(dejando a una parte, cielos,el delito de nacer),
qué más os pude ofender
para castigarme más.
¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
qué yo no gocé jamás?
(por cierto, si tenéis tiempo, leed el monólogo de Segismundo entero aqui.Es muy bonito)
Este es perfecto cuando la envidia nos corroe al ver que la mala suerte se ceba con nosotros mientras que a alguien que no nos cae bién la vida le sonrie....envidia envidia..gña gña gña...
Otro que también es dramático es el ultimo verso de la escena X del Don Juan Tenorio de Zorrilla

Llamé al cielo, y no me oyó,
y pues sus puertas me cierra,
de mis acciones en tierra
responda el cielo, y no yo.
Es una amenaza muchísimo más elegante que cualquier exabrupto que se nos pueda pasar por la mente, digamos, si alguien se cuela en una cola de tráfico, o nos empuja en el metro. Probadlo en el metro y veréis que dáis mas miedo que un Skin en ayunas.
Otro que tambien me gusta mucho es el "Romance del Prisionero", que me aprendí cuando adornaba las paredes del metro de Madrid hace años.
Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan y están los campos en flor,
cuando canta la calandria y responde el ruiseñor,
y cuando los enamorados van a servir al amor;
sino yo, triste prisionero, que vivo en esta prisión;
que no sé cuándo es de día ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero; déle Dios mal galardón.
¿No me digáis que no es perfecto para ésos días en que aparece el jefe a última hora de la tarde con un marroncillo que debe estar listo para el día siguiente?
Y ya por último, uno de esos para cagalsentó, de "El Libro del Buen Amor"
"Ay Muerte, muerta seas, muerta y mal andante.
Matásteme a mi vieja, matárasme a mi antes"

Sustituyendo "muerte" por cualquier otra cosa, es bastante liberador.Por ejemplo:

"Ay banco, muerto seas, muerto y mal andante.

Quitásteme mi dinero, quitáraste tu antes"


Y ya por último, si alguien conoce algún otro verso que sirva de mantra liberador, está invitado a incluirlo en éste post :-).

4 comments:

Juan Villamota said...

Ya que hablas de Don Juan Tenorio que da mucho más recia el famoso comienzo de la obra:

¡Cuál gritan esos malditos!
Pero mal rayo me parta
si en concluyendo la carta
no pagan caros sus gritos.

Di said...

Muy bueno para esos días en que los niños de los vecinos se ponen a gritar y uno está estudiando o echándose la siesta....

Unknown said...

No tiene que ver mucho con el tema de los exabruptos poéticos pero este poema de Blas de Otero lo suelo encontrar muy liberador en los momentos de desesperación:

Ímpetu
Mas no todo ha de ser ruina y vacío.
No todo desescombro ni deshielo.
Encima de este hombro llevo el cielo,
y encima de este otro, un ancho río

de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío,
árbol de luz gritando desde el suelo.
Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo,
mi corazón en pie, rayo sombrío.

Sólo el ansia me vence. Pero avanzo
sin dudar, sobre abismos infinitos,
con la mano tendida: si no alcanzo

con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos!
y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzo
al mar, desde una fronda de apetitos.

Di said...

Como se nota que estás estresado en el trabajo.....por necesitar el verso de los abismos infinitos....