Wednesday 26 September 2007

...y Gunter Grass

Alex Weygers no es el único escultor polivalente...también el Premio Nóbel de literatura Alemán, Gunter Grass, es, de formación escultor.
A lo mejor ya lo sabiais, pero yo no hasta que no me empecé a leer "Pelando la cebolla", la polémica autobiografía de Grass que se publicó el año pasado. No me he leído ningún otro de sus libros (recuerdo haber visto escenas de la sesentera película "El tambor de hojalata" que eran bastante desagradables). "Pelando la cebolla" es muy bonita, una autobiografía escrita de forma muy original y que me hace maldecir no saber alemán (me la estoy leyendo en español pero se nota que en original debe de ser la caña...aunque el traductor es muy bueno, no me malentiendan).

En ella Grass, nacido en la ciudad libre de Danzig, Polonia o Anchluss según el loco del bigote, en 1927, cuenta, sí, que se alistó como voluntario en el año 42 (y en el 42 toca lo que toca), y que perteneció a las SS y entró en combate del lado malo a los 16 añitos. Esto es lo que hace polémica la autobiografía de Grass, más que nada porque siempre desmintió haber entrado en combate y menos pertenecer a las SS y era algo así como el guardián de la reserva moral de alemania. Y es que las reservas morales....

También cuenta más cosas, como por ejemplo habla de su escasa formación académica (no estudió bachillerato) y su formación artística primero como tallador de lápidas en una funeraria (muy Dickens), luego como restaurador de edificios y finalmente en la escuela de Bellas Artes de Düsseldorf y más tarde en Berlín y en París.

Aún no me he acabado "Pelando la cebolla" así que no me he leido la biografía de Grass en la Wikipedia, pero vosotros podéis hacerlo.

Lo que sí que me ha llamado la atención es que un escultor gane el Premio Nóbel de Literatura.Además mirad que esculturas más bonitas hace Grass (he encontrado poquito en internet). En su biografía dice que llegó a falsificar una obra de Lehmbruck en su época de restaurador de edificios. Y es que hay gente que vale para todo....¡qué envidia!

Tuesday 25 September 2007

Alex Weygers

Tengo el blog abandonaillo, le van a empezar a salir malas hierbas por las esquinas, arañones en los huecos y pelusas en los rincones....¿La culpa? Mi vida es un erial, y no porque flor que toque se deshoje, sino porque cuando uno amuebla su casa, desamuebla su ingenio.

Por eso es el mejor momento para hablar de Alex Weygers, un hombre de vida interesantísima del que la Wikipedia y su página web hablan más bien poco. El nombre de Alex Weygers era desconocidísimo para mí, hasta que descubrí este libro en la biblioteca de la escuela de arte, cuando me dedicaba a sacar todo libro que tuviese que ver con la escultura. El texto manuscrito y sobre todo la impresionante foto de la portada, me atrajeron enseguida...la biografía de Weygers en las primeras páginas me dejó asombrada.

Podéis leerla aquí, en las primeras páginas de su libro, pero os hago un resumencillo.

Alex Weygers nació en Java, Indonesia, en 1901 de padres holandeses. Su padre trabajaba como supervisor en una plantación de azúcar y su madre era profesora de idiomas. A los 14 años Alex abandona este paraíso natural para estudiar el bachillerato primero y después ingeniería mecánica en Holanda.
Alex Weygers era pues ingeniero, y como ingeniero vuelve a Java para trabajar como ingeniero junto con su prometida.
En Java hace mucho calor, y como su amada no se adapta a la exótica vida en Java, los recién casados Weygers se trasladan a EEUU donde Alex se dispone a trabajar como ingeniero.Pero oh! desgracia, su joven esposa muere al dar a luz a su primer hijo, que también muere durante el parto. Roto de dolor, Alex hace dos cosas: esculpe la bella escultura que adorna la portada del libro, y decide dedicarse plenamente al arte. La escultura es impresionante, sobre todo para un ingeniero mecánico que no se dedica a la escultura profesionalmente.
Éso mismo piensa el escultor Lorado Taft, quien reclama a Weygers como aprendiz en su estudio de Chicago en el que el jóven Weygers . Es el año 1927. Un año y medio más tarde, Alex se traslada a Europa para proseguir su formación artística en Holanda, París e Italia, donde aprende técnicas escultoras de artesanos profesionales. El ingeniero ya no es ingeniero, sino escultor, y vuelve a América para enseñar arte en la universidad de Berkeley.
Pero el escultor es aún un ingeniero: Weygers se destacará por construir sus propias herramientas, reciclar materiales y preferir el estudio en el taller el estudio en la clase. Y es que ser escultor es ser un tercio de artista, un tercio de artesano, y un tercio de ingeniero.
Estamos en los años 40, y toca lo que toca. Weygers servirá en el ejército en el departamento de inteligencia, intentando ayudar a su familia, prisionera de los japoneses en Java. Mamá Weygers morirá en un campo de concentración y su hermano será prisionero en un campo de trabajo. Nuevamente la vida le da el peor de los golpes bajos.
Al final de la guerra y durante 50 años, Alex vivirá junto con su esposa, también escultora, en su finca de Carmel Valley, donada por un admirador de su trabajo. Alex Weygers escribirá múltiples libros sobre escultura, arquitectura, filosofía y vida...es un verdadero hombre renacentista, un adelantado a su tiempo, y según la gente que lo conoció, un hombre interesante e inspirado, un artista sin afectación, interesado en esculpir y no en exponer. Sus libros hablan de escultura, pero también de la filosofía de la escultura. Qué gozada!.
¡Además menuda esculturas que hace!. Podéis ver algunas en su (pobre) página web o podéis hojear sus libros en Amazon o aquí.
Qué majo Alex Weygers. Se le ve tan feliz en las fotos esculpiendo!.
Una auténtica inspiración, Alexander Weygers.