Pero de todos los impostores habidos y por haber, el Oscar al mejor impostor se lo lleva el español Gabriel de Espinosa, el "Pastelero de Madrigal", y no podía tener como escenario otro que la alfombra roja de la picaresca: la España del XVI. Espinosa suplantó nada menos que al desaparecido rey Sebastián I de Portugal.
Cuando Don Sebastián, que había heredado el trono luso a los 3 años, alcanza la mayoría de edad en 1568, todas las esperanzas estaban puestas en el joven monarca para levantar un Portugal en declive, devolverle la posición predominante de la época de los descubrimientos y levantar un poco la zarpa de la vecina España de Felipe II, en la que de aquellas no se ponía nunca el sol.
Sebastián era un jóven de salud frágil y de fuertes convicciones religiosas. Era un místico que se creía un mensajero de Cristo en cruzada contra el hereje musulmán, y un romántico aficionado a las novelas de caballerías que se estilaban en su tiempo. Sí, estamos en los años 60 del siglo XVI, y Miguel de Cervantes es seis años mayor que Sebastián.
Desobedeciendo a consejeros, y hasta a su "bienintencionado" tío Felipe II, inició una campaña contra Marruecos. Pero ¡ay!, el ejército portugués con su joven rey a la cabeza se da el batacazo en la batalla de Alcazarquivir en 1578. Sebastián muere en la batalla pero su cuerpo no aparece. Portugal se viste de luto mientras se busca a quien corresponde el trono luso ahora que el Rey ha muerto sin descendecia...y para horror de los portugueses el trono de Portugal va (batalla de la Azores por medio) a......
Felipe II Rey de España.
Y es que así de nefastos resultaban en aquellos tiempos los libros de caballerías, por si no os creíais que era cierto.
Hasta cuatro supuestos "Don Sebastián" aparecieron, pero el que más lejos llegó fué Gabriel de Espinosa, pastelero (sí, leéis bien, hacía pasteles y empanadas) de Madrigal de las Altas Torres. Fray Miguel de los Santos, confesor de Don Sebastián, conoció a Gabriel de Espinosa en Madrigal y detectando un parecido con el fallecido Rey (ambos de la misma edad y pelirrojos, además de que Espinosa era refinado y hablaba idiomas porque su madre era una niña bien) se le ocurre la trama: suplantar a Sebastián y reclamar el trono luso. Para ello convierte al pastelero en un imitador convincente del fallecido rey, y además mete en el negocio a la joven Doña Maria Ana de Austria, la hija del hermanastro favorito de Felipe II, Don Juan de Austria.
Doña Ana se había educado en un convento desde los 6 añitos, como solía ocurrir con las hijas naturales de la alta nobleza y era una joven soñadora, romántica y tan puesta en novelas de caballerías como su primo Sebastián , así que a Fray Miguel y a Espinosa les cuesta poco convencer a la moza que este último es el desaparecido rey portugués, que perdió su memoria en Alcazarquivir, y que tras errar por el mundo y descubrir quién es realmente, intenta ahora ganar Portugal asediado por los espías del rey Felipe.
No se sabe si Ana se tragó la historia, se enamoró de "Sebastián" o vio en esto una oportunidad de salir del convento, pero el caso es que la pareja se prometió. Con toda una princesa (o medio princesa) en el embrollo, a Fray Miguel y a Espinosa les resultaba más sencillo convencer al personal que Don Sebastián había resucitado para reclamar lo que era suyo.
Cuando el pastelero es detenido en Valladolid por un despiste suyo o porque los espías de Felipe estaban al tanto, se encuentran cartas de Fray Miguel y de Doña Ana en las que lo llaman majestad. El pastelero, aunque al principio confiesa su identidad, se retracta después, manteniendo una postura ambigua.¿Es o no es Don Sebastián?.Antes de que la duda se extienda, la "administración Felipe II" actúa:El pastelero es ahorcado en Medina del Campo, Valladolid, y su descuartizado cuerpo expuesto en la cuatro puertas de la villa. Fray Miguel es ahorcado en Madrid, y la pobre Ana, víctima en este embrollo, es encerrada por su tío Felipe en un convento de clausura.
Parece ser que hasta el último momento, Espinosa jugó con la ambigüedad de si se trataba o no del verdadero Rey. Probablemente porque una duda razonable habría sido lo único que podría haberle salvado de la horca.
También se dice que el pastelero era hijo natural del infante Don Juan Manuel de Portugal, padre de Sebastián, y una dama castellana. De ahí su refinada educación y su parecido con Don Sebastián, por lo que quizá si que tuviese cierta legitimidad para ocupar el trono. Pero vamos, pastelero era pastelero.
Hay una obra de teatro de Zorrilla ("Traidor, inconfeso y mártir" ) y una novel histórica basadas en la historia del famoso pastelero. En Madrigal de las Altas Torres no hay ninguna placa azul, pero el pastelero es uno de sus hijos predilectos, junto con nada menos que la Reina Isabel la Católica, quien también nació en Madrigal.
Para saber más, podeis bucear en internet, ya que el pastelero es un favorito de muchos blogueros de historia más serios que yo.
6 comments:
Me encanta la historia del Pastelero de Madrigal. ¡Es tan española!
Leí hace tiempo una novela histórica (ahora no recuerdo el título) sobre Ana, la engañada por pastelero y fraile. Según contaba el libro, Ana estaba enamoradísima y convencida de que el repostero era el rey de Portugal, y justo antes de que fueran los dos pícaros a por ella a sacarla del convento, van las autoridades y les pillan. Ana jamás salió del convento... la pobre...
Hay una novela histórica de Manuel Fernández y González sobre los hechos, "El cocinero de Su Majestad o El pastelero del Madrigal" que fue un bestseller de la época (1862). Se vendieron nada menos que 200.000 ejemplares, y teniendo en cuenta los niveles de analfabetismo de la época....
Eso sí, lo de que el pastelero fue ajusticiado en Medina del Campo lo he leído en algunas fuentes, en otras consta como que el timador fue desmembrado en el propio Madrigal. ¿Has encontrado algo sobre que efectivamente era en Medina?
Gracias.
En internet he encontrado que el pastelero fue ejecutado en Madrigal, sin embargo en la revista "La Aventura de la Historia" leí que fué ejecutado y descuartizado en Medina del Campo.
El gran fallo de la plan es que Gabriel no llevaba espíritu picaresco en su interior, más bien fue la víctima de Fray Miguel.
Los auténticos pícaros del siglo XVI (... y del siglo XXI, que en los últimos años han salido de hasta debajo de las piedras) llevan su mentira hasta las últimas consecuencias. En este caso, el pobre pastelero se echó atrás a las primeras de cambio, y así acabó la trama como acabó.
Tal vez Fray Miguel y Guy Fawkes tengan sentimientos encontrados de decepción, al ver que sus compinches no estaban a la altura de la situación. Por cierto, preciosos los fuegos artificiales del sábado.
Marilejo, ¿200.000 ejemplares? vaya, "El Pastelero" tuvo que ser como "Harry Potter" de su época :)
Qué historia más buena. No la conocía.
Saludos.
Gracias Nacho.
Benji, los fuegos me los perdí..qué cateta doh!
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