Thursday, 11 January 2007

Haciendo trampas


Me las he visto y revisto intentando encontrar el texto del relato "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España" de Bernal Díaz del Castillo, que incluyo más bajo y que no tiene desperdicio.

Bernal fué uno de los conquistadores que acompañó a Hernán Cortés en su viaje y conquista de Méjico, y que en su vejez, escribió su memoria de la conquista, aparentemente vejado del trato histórico que ya entonces se daba a los conquistadores. Como dije, el libro no tiene desperdicio, es muy humano y además de relatar una historia interesante, es un compendio de picardías tanto por parte de los españoles como por parte de los indios, que de tontos no tenían un pelo aunque les faltase unidad y tecnología para derrotar al puñado de españoles que se les vinieron encima.

En éste extracto del capítulo XCVII, el rey Azteca Moctezuma está preso por los españoles, pero se muestra siempre cortés con ellos y éstos le tratan de Gran Señor. Para entretener al prisionero, los oficiales españoles y el propio Cortés juegan a las canicas con él, y Pedro de Álvarado, el más malote de los conquistadores, le hace trampas.

"Como nuestro Capitán en todo era muy diligente y vio que el Montezuma (Moctezuma) estaba preso, y por temor a que se acongojase con estar encerrado y detenido, procuraba cada día, despues de haber rezado (...) de irle a tener a palacio (conversación), e iban con el cutro capitanes, especialmente Pedro de Alvarado y Juan Velázquez de León y Diego de Órdas, y preguntaban al Montezuma con mucha cortesía, y que mirase lo que mandara, que todo se haría, y que no tuviese congoja de su prisión. Y le respondía (Moctezuma) que antes se holgaba de estar preso y ésto porque nuestros dioses nos daban poder para ello o su "Huichilobos" (el Dios Azteca de la guerra Huitzilopochtli) lo permitía.Y de plática en plática le dieron a entender por medio del fraile mas por extenso las cosas de nuestra santa fe y el gran poder del emperador nuestro señor.Y aún alguna vez jugaba Montezuma con Cortés al "totoloque", que es un juego que ellos así le llaman, con unos bodoquillos (bolas) chicos muy lisos que tenían hechos de oro para áquel juego, y tiraban con aquellos bodoquillos algo lejos a unos tejuelos que también eran de oro, e cinco rayas ganaban o perdían ciertas piezas e joyas ricas que ponían.Acuérdome que tanteaba (contaba los puntos) a Cortés Pedro de Alvarado, e al gran Montezuma un sobrino suyo, gran señor.Y el Pedro de Alvarado siempre tanteaba una raya de más de las que había Cortés, y el Montezuma, como lo vio, decía con gracia y risa que no quería que le tantease a Cortés "el tonatio" ("tonatiu", ¨"el sol", por su aspecto físico; rubio y de elevada estatura), que así llamaban a Pedro de Alvarado, porque hacia mucho "ixoxol" en lo que tanteaba, que quiere decir en su lengua que mentía, que echaba siempre una raya de más.Y Cortés y todos nosotros los soldados que aquella sazón hacíamos guarda, no podíamos estar de risa por lo que dijo el gran Montezuma (...)"

En el resto del capítulo bien es verdad que Bernal se deshace en elogios al "Gran Montezuma", al que siempre se refiere como Gran Señor, pero no puedo dejar sentir cierta vergüenza histórica al comprobar lo irreverente del asunto: el bravucón Pedro de Alvarado (que, por cierto, fue responsable más tarde d ela muerte de Moctezuma mientras Cortés estaba de expedición) haciéndole trampas al rey azteca y los otros riéndole la gracia.

Como dice Santiago Segura en "La niña de tus ojos":"Cómo somos los españoles...siempre dando la nota...¡no se nos puede sacar de España!".

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